El año electoral es sinónimo de armado de alianzas y coaliciones políticas de cara al próximo mes de octubre. Sin embargo, poco se sabe sobre cuáles serán las claves a tener en cuenta para los cuatro años que vienen. Dólar, superávits gemelos, conflictividad, inflación y pobreza, las principales variables a resolver por el próximo gobierno.
"El modelo debe radicalizarse", disparó Roberto Feletti, viceministro de Economía, en una entrevista con la revista Debate. "Fueron opiniones personal de él", se despegaron luego varios funcionarios del oficialismo, ante la polémica que generaron sus alusiones a la "apropiación de factores de renta importante" para acentuar el populismo. Lo cierto es que tanto los hombres y mujeres del actual Gobierno como los eventuales gabinetes de la oposición ya analizan las principales variables macro para tener argumentos en campaña y, dicen, soluciones para resolver los problemas del día después. A continuación, un brief ejecutivo de los temas que hay que considerar:
- Precios en alza
Si bien desde el Gobierno prefieren hablar de "reacomodamiento de precios", no son pocos los economistas que sostienen que una inflación del 25% anual no es sustentable en el largo plazo. "Estamos encaminados a ser el país con mayor inflación del mundo, superando, incluso, a Venezuela. Es crucial enfrentar este problema y lograr conquistar la inversión productiva que no llega", aseguró el ex ministro de Economía, Martín Lousteau. La luz amarilla de los precios es uno de los primeros temas que deberá resolver el próximo gobierno, coinciden tanto los economistas alineados como los más críticos del modelo K. Si bien las expectativas se desaceleraron en este primer semestre -las proyecciones de fines de 2010 ubicaban a la inflación en torno al 30% anual, y los cálculos privados rondan hoy el 22%, debido a una menor suba de la carne que en 2010-, el margen de maniobra para seguir conviviendo con un alza de precios por encima del 20 por ciento se reduce. La advertencia que emiten los economistas, junto al deterioro de la competitividad, es que el proceso inflacionario puede constituirse en determinado momento en un obstáculo para el crecimiento, por más que desde el Gobierno se siga estimulando la demanda.
- El culebrón del dólar
La relación entre el peso y la moneda estadounidense está en la mira. Si bien la Unión Industrial Argentina (UIA) le dijo al ministro de Economía, Amado Boudou, que se debe mejorar la competitividad de las empresas, sin "una depreciación del tipo de cambio", por lo bajo no son pocos los industriales que están pidiendo una mayor devaluación. "Los costos aumentan y entendemos que, elecciones mediante, no es el momento para reclamarlo, pero sin dudas quedará pendiente para después de octubre. Hoy debería estar entre $ 4,8 y $ 5", afirma expectante desde el off the record un empresario de la mesa chica de la UIA. "Pero no me cites, no estamos todos de acuerdo y no quiero generar más revuelo", agregó, dejando en claro la interna de Avenida de Mayo y la decisión política de no instalar el tema dólar como argumento empresario. El dólar oscila hoy entre $ 4,10 y $ 4,20, y la intervención del Banco Central resulta clave para mantener los precios. Pero lo cierto es que, para fin de año y dados los niveles de inflación acumulados, el tipo de cambio real estará nuevamente en los tiempos del "uno a uno", según calculan varios economistas. De acuerdo con un informe del Banco Ciudad, entre 2007 y 2010 el tipo de cambio real retrocedió 26%, frente a un 17% de Brasil y un 11% de Chile, por ejemplo, reflejando la incidencia inflacionaria. "El modelo basado en el tipo de cambio competitivo que arrancó en 2002 está agotado", resumió Carlos Melconian. Eso lleva a muchos a especular con que la próxima administración intentaría deslizar el tipo de cambio nominal para ganar aire. El quid de la cuestión pasará por cómo hacerlo sin avivar la inflación, ya que las condiciones no son las mismas que hace nueve años, cuando el altísimo desempleo y la recesión post 2001 impidieron que la devaluación se trasladara a precios. "Hoy llevás el dólar a $ 5 y Moyano reabre las paritarias en dos minutos", comparten los analistas.
Mientras tanto, en la City sigue creciendo el mercado paralelo -blue, en la jerga-, donde el billete verde cotiza por encima de los $ 4,3. "El dólar baja en el mundo, pero el ahorrista local lo sigue eligiendo como resguardo", es la recurrente explicación de los operadores. Aunque la AFIP envíe cartas a quienes compran desde u$s 1.000 e incremente los controles en tiempos preelectorales, la preocupación sobre lo que ocurrirá con el valor nominal del dólar será uno de los elementos a tener en cuenta después de diciembre.
- Superávits gemelos
El Gobierno incrementó las licencias no automáticas a 600 posiciones arancelarias con la idea de controlar la salida de dólares, a raíz del achicamiento del superávit comercial (que en 2010 se ubicó en u$s 12.470 millones, frente a los u$s 16.800 millones de 2009). Sin embargo, los principales mercados de exportación ya están pagando con la misma moneda y generaron represalias a la estrategia argentina que, vale aclarar, está legitimada por la Organización Mundial de Comercio, para situaciones excepcionales. El caso testigo fue el endurecimiento de Brasil, que comenzó a imponer trabas a los autos argentinos, golpeando donde más duele. La primera rueda de negociaciones no llegó a buen puerto y en 15 días se volverán a sentar ambos países para destrabar definitivamente el problema. Pero, más allá de que los funcionarios brasileños dicen que no hay trabas, y los empresarios paulistas sostienen que Dilma no es Lula, lo cierto es que el país vecino tiene mucho más para ganar que la Argentina en este nuevo escenario de diferencias. De fondo, emerge el debilitamiento del superávit comercial local, producto del aumento de las importaciones -por el auge del consumo y el alto crecimiento del PBI- y del retraso cambiario.
El otro pilar del modelo K, el superávit fiscal, también muestra claros signos de debilidad. Sin ingresos extraordinarios (del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses y las utilidades del Banco Central, que superarían los $ 18.900 millones este año), las cuentas fiscales cerrarían en rojo. Unos $ 3.900 millones abajo, según los cálculos de Nadin Argañaraz, titular del Iaraf, sin considerar los pagos de intereses y servicios de la deuda pública (que serán solventados este año con reservas).
- Subsidios al transporte y la energía
El gasto público crece a un ritmo del 33-35% anual y los subsidios al sector público y al transporte representaron en 2010 nada menos que $ 48.032 millones. Más de la mitad -$26.022 millones- son para el sector energético, donde la Argentina registra un déficit que no tenía en otras épocas, y que resulta difícil de manejar, explican los especialistas. Empezar a resolver el complejo esquema de los subsidios será otra de las tareas que deberá abordar el próximo gobierno. Aunque, como en el caso del tipo de cambio, tampoco será fácil hacerlo. Un aumento repentino en los servicios no sería bienvenido por los consumidores, que hoy reciben en sus facturas "cuánto deberían pagar sin el aporte del Estado".
Ligado a las erogaciones destinadas a subsidios, se plantea el interrogante de si es sostenible un crecimiento del gasto público por encima del ritmo de incremento de los ingresos, como vino sucediendo en los últimos años. "La lógica de la intervención lleva a cada vez más intervención", sostuvo al respecto Miguel Ángel Broda, quien, no obstante, aclara que la Argentina seguirá creciendo en los próximos años pero "menos de lo que permitiría el contexto mundial si no se ajustan los desvíos". El gasto público representa hoy, según sus cálculos, más del 44% del PBI, y creció un 50% en proporción durante el kirchnerismo.
- Emisión monetaria
El ritmo actual de emisión de moneda por parte del Banco Central será otro de los temas a considerar. No sólo por la importación de billetes desde Brasil y Finlandia, sino por lo que implica. "En algún momento habrá que transparentar la estrategia del Central que hace tiempo dejó de ser autárquica", define crítico un ex funcionario de la entidad. Otro componente que hace al proceso inflacionario, para la mayoría de los economistas, y que debería formar parte de una agenda integral para reducir el alza de precios mediante el abordaje de las expectativas, agregan.
- Commodities en alza
La buena noticia para la economía local es que los pronósticos coinciden en que, sin prever problemas climáticos, los precios de los commodities deberían seguir en niveles altos en los próximos años y, con ello, la recaudación local.
El ciclo electoral tampoco generará cambios en el ciclo expansivo del consumo. No obstante, la inversión privada es de tres o cuatro puntos menos de lo que debería ser para una economía que crece al 7 por ciento anual. "Todo indica que seguirán las ventas de filiales de multinacionales a empresarios made in Argentina, tal como ocurrió en el sector petrolero", admite uno de los empresarios que evalúa adquisiciones en el país.
- Más controles y tiempos de la justicia
La salida de capitales es uno de los temas que aparece en la agenda. A fines de 2010 estaba en u$s 600 a u$s 700 millones por mes. Hoy está en torno a u$s 1.200 a u$s 1.300 millones cada 30 días. Sin embargo, la aceleración es propia de los años electorales y excede a la foto actual. La otra herencia que deberá resolverse en los próximos cuatro años es la de las batallas que hoy se libran en la Justicia. La mayoría de las reglas de juego que han cambiado en los últimos años generaron reclamos por parte de las empresas, que sintieron vulnerados sus intereses. Los fallos definitivos todavía no fueron emitidos, ni se cuantificaron los impactos.
- Sindicalización
"Nos interesa que todos los asalariados estén en el marco de un convenio colectivo", aseguró el Ministro de Trabajo, Carlos Tomada. También será clave la relación entre Hugo Moyano, titular de la CGT, y las autoridades. Hoy, la pelea es por quién será cabeza en las listas, pero en el fondo la paternidad o maternidad del modelo, sin duda, continuará durante los próximos años. "Estoy del lado de los trabajadores", repitió en infinidad de oportunidades la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, aunque aclaró que le preocupa la conflictividad. El poder de Moyano, las investigaciones judiciales, los $ 9.000 millones que reclaman las obras sociales, son sólo algunos de los temas que tendrán su resolución.
- Pobreza y empleo
Si bien las estadísticas oficiales distorsionan el problema, para los analistas privados los índices de pobreza se ubican hoy entre 25 y 30 por ciento, debido al aumento de la canasta básica total y de la canasta básica alimentaria en los últimos tres años. La asignación universal por hijo (AUH) representa un paliativo, pero no alcanza. En materia de desempleo (7,4 por ciento en el primer trimestre), la mayor preocupación, revelan los expertos, se centra en los jóvenes y en la velocidad de creación de nuevos puestos, inferior a la de los primeros años del modelo K. El 40 por ciento de empleo informal o en negro, que persiste pese a los años de crecimiento, es otra asignatura histórica pendiente.
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