Por Pedro Ylarri
Nicolás Kasanzew compara la cobertura que hizo el Canal 7 de la Guerra de Malvinas durante la dictadura, en la que él tuvo un rol protagónico como enviado a las Islas, con el mensaje que el Gobierno transmite desde la TV Pública contra los periodistas que no son oficialistas. Opina que, como les ocurrió a los militares, el triunfalismo K “se va a desvanecer”.
Foto: Malvinas. Kasanzew jura que reportaba lo que pasaba, pero que en Buenos Aires lo censuraban.
En un lugar difícil y polémico se encuentra Nicolás Kasanzew, el periodista que cubrió la Guerra de Malvinas para ATC desde las islas. Recordado por muchos ex combatientes y con la impronta de haber sido el único civil que disparó un cañón contra los ingleses, también es señalado como parte importante del engranaje del aparato propagandístico de la última dictadura, que quedó en evidencia con la derrota en las Islas. Se siente más cerca de lo primero, pero dice conocer cómo los jerarcas militares manipulaban la realidad a través de los canales públicos, difundiendo un acontecer que nunca sucedía.
Desde Miami, donde se encuentra radicado, cuenta a PERFIL detalles de su cobertura como enviado a las Islas y compara el uso actual de los medios públicos por parte del gobierno kirchnerista con la manipulación que hicieron los militares durante la Guerra de Malvinas.
¿Cómo fue la maquinaria de propaganda de la dictadura con la que convivías durante la cobertura de Malvinas? Ese aparato que difundía el espíritu triunfalista del “vamos ganando”.
Estando en Malvinas, ignoraba lo que pasaba en los medios. No teníamos retorno de lo que se publicaba. Mi trabajo no era funcional a esta propaganda triunfalista. Enviaba el material, me decían “bien recibido” y recién cuando vuelvo, me entero de que el 90 por ciento de lo que ya había enviado no había salido al aire y que todo eso había sido destruido. Me entero al arribo de un Hércules, que no apaga los motores para descargar pertrechos del continente y llevarse los heridos. Se cae una hoja de La Nación con la tapa de Gente que decía: “Hundimos la flota”, y ahí digo: “Algo está pasando muy errado”.
Organizando marchas y defendiendo a ultranza la postura gubernamental, el canal público parece estar reflotando luego de muchos años ese triunfalismo. ¿Podría emparentarse el uso que hacían los militares de los medios con lo que hace este gobierno?
Hay una diferencia importante: lo de hoy, de los Kirchner, es una comedia, una farsa; lo de Malvinas, en 1982, fue una tragedia. No podemos emparentarlo por eso. También hay que saber que los periodistas de la BBC de Londres también fueron sometidos a censura. Por todo eso es que no haría el paralelo, porque me parece frívolo. No se puede comparar la tontería kirchnerista de la politiquería del momento con la tragedia que fue la Guerra de Malvinas.
Al margen de la comparación, ¿qué opina de ese triunfalismo actual en los medios públicos de comunicación, de ese poner los intereses del Gobierno por sobre los de la sociedad?
La mentira siempre tiene patas cortas. La tiene ahora, como la tuvo en su momento, cuando se propalaba el triunfalismo desaforado, que terminó causando tanto daño por ese shock, luego de tantas mentiras. De la misma manera esto se va a desvanecer, la mentira se acabará aun para la poca gente que creo que ahora compra el triunfalismo de los Kirchner, porque el triunfalismo de los Kirchner no se lo come nadie, sólo se lo come el que tiene intereses económicos detrás. Es una farsa, intenta convencer sobre cosas que la realidad indica que no son.
El escritor Rodolfo Fogwill, quien cubrió una de las marchas kirchneristas, escribió que vio “pasar grupos de unos cincuenta a doscientos manifestantes y todo me recordaba el abril de 1982 y las primeras manifestaciones de apoyo a Galtieri y su aventura de Malvinas”. ¿Usted qué opina?
De 50 a 200 manifestantes: eso es nada. A favor de la Guerra de Malvinas se reunía por centenares de miles. Se anotaron 200 mil civiles como voluntarios para ir a combatir a las islas, dato que se ha olvidado por completo. ¿Cuántos se anotarían para ir a combatir por el choripán que les dan los Kirchner? No hay punto de comparación. Esos 200 mil voluntarios civiles estaban dispuestos a dar la vida por las Malvinas. No creo que hoy haya una sola persona capaz de morir por los K.
Cambiando de tema, ¿pudo volver a ejercer el periodismo en el país después de su corresponsalía en Malvinas?
Con altibajos, porque con altibajos fui perseguido a lo largo de estos 28 años; me han perseguido desde los militares hasta hoy, pasando por el secretario de Cultura de Alfonsín Marcos Aguinis y, últimamente, por Gabriela Cerruti, quien en una aberración ética y jurídica quiso sacarme la pensión.
¿Por qué cree que sucede esto?
El problema es que desde la rendición de (el general y gobernador de las islas durante el conflicto, Mario Benjamín) Menéndez se abrió un proceso de desmalvinización que rige hasta el día de hoy.
¿En qué consiste?
En contar una historia de la Guerra de Malvinas que no fue la que en realidad tuvo lugar. Los militares del Proceso intentaron tapar la miseria de la guerra, y los sucesivos gobiernos civiles trataron de tapar las grandezas de la guerra, que también existieron.
¿Es positiva o negativa la revisión de los 70 que promueve el Gobierno? ¿El kirchnerismo sabe separar lo que fue la guerra del Proceso militar, o mezcla todo?
El gobierno de los Kirchner no ha hecho otra cosa que intensificar el proceso de desmalvinización. Esto consiste no sólo en confundir la Guerra de Malvinas con el Proceso militar en sí (aunque en realidad se trate de un anti-Proceso) sino que además incorpora elementos nuevos, como tratar de demostrar que en Malvinas había un plan sistemático de exterminio de conscriptos, una cosa absurda, promovida por un grupo pequeño de personas que buscan declararse víctimas de la dictadura y así cobrar los subsidios. Así, lo que hace el gobierno de los Kirchner con Malvinas es exacerbar aún más la leyenda negra y falsa sobre Malvinas.
¿Por qué Malvinas fue un anti-Proceso?
La Guerra de Malvinas sólo coincidió con el Proceso en su cronología. Los generales no querían ir a la guerra, querían hacer un amague. Pero como se transformó en una causa nacional con la población volcándose entera a las plazas, enfervorizados de patriotismo, ya no pudieron dar marcha atrás. Ellos querían hacer un toco y me voy, pero el pueblo argentino plebiscitó la guerra y eso se puede demostrar viendo los videos de cuando (el presidente de facto, el general Leopoldo) Galtieri sale al balcón: cuando decía: “Yo, presidente de los argentinos” era silbado, pero cuando decía: “Les daremos batalla” era ovacionado. Me consta que cuando Galtieri se entera de la posición que Estados Unidos había tomado en el conflicto, propone sacar inmediatamente las tropas de las islas, pero su ministro de Defensa, Amadeo Frúgoli, le dice: “Ahora no podemos, la gente nos cuelga en Plaza de Mayo”.
¿Qué cambió en la sociedad para que de ese plebiscito se llegara a este casi desprecio o despreocupación por los ex combatientes?
La Argentina está enferma de exitismo, un exitismo obsceno. Adoramos si nos va bien al que nos lleva a la victoria y si nos va mal, lo devoramos. Todo lo que hicieron los gobiernos militares y civiles, sumado al gran shock que simbolizó la rendición devino en esto. La forma obscena y torpe con la que se mentía a la gente la shockeó mucho. Estábamos por entrar en Londres y de repente nos rendimos. Todo eso sumado provocó un rechazo absoluto hacia los ex combatientes, que fueron traídos entre gallos y medianoche por el gobierno militar, llevados a su casa con la prohibición de hablar con la prensa. Luego se le sumó el odio personal que Alfonsín le tenía a Galtieri.
¿El gobierno actual continúa esa campaña de Alfonsín?
La situación continúa, hay provincias que no le dan pensión a los ex combatientes. Lo que están exigiendo es que haya un reconocimiento histórico y que cese esta propaganda que les rompe el autoestima; esta cosa de decir que fueron a la guerra por una locura de un general borracho en vez de decir que fueron a defender a la patria, como realmente hicieron. ¿Quiénes son entonces los responsables de todos los suicidios ocurridos después de la guerra? Aquellos que dicen que fue una aventura absurda, como si no supieran que allí murió gente peleando por la patria.
¿Se refiere al ex presidente Néstor Kirchner?
Kirchner ha dicho cosas atroces sobre los ex combatientes. El Gobierno mostró como un logro el apoyo de toda la región por la soberanía de Malvinas, en el marco del conflicto petrolero. ¿Hay un progreso real?
Son palabras huecas, no hay nada real.
¿Por qué?
Ningún esfuerzo diplomático es creíble en el mundo si el país está de rodillas y carece de fuerzas armadas. Es absurdo pensar que Inglaterra se va a preocupar en este contexto. Han esperado que la Argentina tenga un gobierno absolutamente antipatriótico como es el de los Kirchner y que haya fuerzas armadas totalmente inexistentes para ir a buscar petróleo a las Malvinas; esperaron 28 años para hacerlo. ¿Por qué lo hacen? Porque este gobierno es el que más les sigue el juego a los ingleses: es patriota nada más que de la boca para afuera. No quedó absolutamente nada en pie de las fuerzas armadas argentinas. Las fuerzas armadas, en realidad, son para “no” ir a la guerra. Si vos tenés un ejército fuerte, disuasorio, no vas a tener a los demás en las fronteras.
En Miami, escribe canciones sobre la guerra
P.Y.
Veintiocho años después de la Guerra de Malvinas, podría decirte que el corresponsal de ATC en la gesta, Nicolás Kasanzew, no ha logrado todavía reinsertarse en el mercado laboral argentino. Perseguido u olvidado, migró hacia Estados Unidos, donde continuó su carrera en CNN, la NBC y en Telemundo. Su nombre volvió a aparecer en 2007, cuando la entonces ministra de Derechos Humanos porteña, Gabriela Cerruti, intentó revocar una pensión que cobraba como ex combatiente. La resolución de Cerruti, también periodista, decía que “contribuyó a la propaganda de la dictadura militar engañando a la sociedad acerca de los avances de la guerra”, lo que nunca fue confirmado (Kasanzew asegura que la dictadura destruyó gran parte de su material enviado y dice tener los télex originales enviados durante el conflicto). Cerruti debió dar marcha atrás porque la pensión había sido dada por el Congreso Nacional, por lo que no tenía facultades para hacerlo.
En la actualidad, de licencia forzada por una dolencia, se dedica a escribir letras de canciones sobre la guerra y sus protagonistas. Editó el disco Quijotes de Malvinas, junto con el intérprete Carlos Longoni, un libro de fotografías de la gesta llamado La Pasión según Malvinas, y un videoclip con un tema de amor dedicado al piloto Pablo Carballo, bastante popular en YouTube.
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